Se atreve con las operaciones más difíciles del mundo. Trata a pacientes a los que otros médicos han desahuciado. Y lo que gana se lo gasta en operar de forma altruista en África. ¿No es lo más grande que puede dar el mundo de la medicina?
Ha vendido su coche deportivo y se niega a operar «de estética». En verano sus milagrosas manos viajan a Kenia y en invierno a Uganda. Nunca se viste de médico. Repito, ¿No es lo más grande que puede haber en el mundo de la médicina?
El doctor Pedro Cavadas se ha especializado en los casos que nadie quiere. Dice él mismo que es como una papelera de reciclaje: "al final he acabado dedicándome a lo que nadie quiere, sí, o porque son casos complejos o porque su patología es desagradable"
El doctor Cavadas puede sentirse satisfecho. Su vida ya ha merecido la pena. Es más de lo que muchos podrán decir en su lecho de muerte. Estoy conmovida hasta la médula por la biografía de quien un día decidió desprenderse de una vida cómoda y repleta de excesos para darse a los demás, hacia todos aquellos que no han tenido la misma fortuna, hacia los más maltratados del planeta. Eso es muy grande, tanto, tanto, que es imposible que alcancemos siquiera a imaginar todo lo que eso significa. Pero hoy vuelvo a creer en el ser humano... Cuantos Doctores Cavadas necesitamos en este mundo amig@s.....